El año amanecía timidaménte, pero poco a poco fue abriéndose y ofreciéndonos unos apocados rayos de sol. ¡Había comenzado el año 2011!
En la 1 de televisión española, empezaba como cada año el Maravilloso concierto de Año Nuevo con la Orquesta Filarmónica de Viena, bajo la dirección de Franz Welser-Möst (austriaco)
¡Ese era mi momento feliz! cámara en mano me instale frente al televisor, para impregnarme de la esplendida música y disfrutar los valses y polcas de la dinastía musical de los Strauss. ¡Como me regocija su música. Este año se rendía homenaje a Franz Listz (hungaro) en el bicentenario de su nacimiento (22 de Octubre de 1811), por primera vez escuchamos una de sus composiciones el diabólico "Vals de Mefisto I"
En el intermedio han pasado un documental. "Crucero Musical de la Filarmónica de Viena", realizado por H. Rosacher, con imagenes de actuaciones de la orquesta por San Peterburgo, Estocolmo, Tallín, y Kaliningrado. Ha resultado muy ameno.
Empieza la segunda parte, ahí ya me sentía trasportada por la magia de la melodía.
Casi terminando los músicos desean colectivamente un Feliz Año Nuevo y a continuación , el esperado y ansiado vals " El Danuvio Azul" de Johann Strauss (hijo). ¡Oh! ¡maravilloso momento en el que ballet y música se unen!
Ahí ya me dio la locura y saqué cantidad de fotos. Este año bailaron dentro de un palacio de Viena.
Cuando parece que ha acabado el ballet surgen los alevines (estudiantes de la escuela de baile de Viena)
con esas caritas tan tiernas, y esos cuerpecillos que parecen pequeñas libélulas, y terminan los últimos compases del vals entre el público. ¡Que gozada!
Ahora sí todos los espectadores, empiezan a aplaudir, ofrecen un precioso bouquet de flores al director.
Y cuando parece que todo ha terminado ¡voila! "La Marcha Radezky" la más esperada por toda la audiencia, en la que Franz Welser-Möst (director) se vuelve hacia el público y con la batuta durante unos instantes, los dirige, mientras estos aplauden alegremente siguiendo los compases de la música.
Yo también me uno a los aplausos y disfruto una enormidad, aún con la pena de saber que después de esto, ya acaba el concierto.
Es la forma más maravillosa que conozco de empezar el año. Y para concluir, mi marido y yo con nuestras copas rebosantes de un exquisito Moët-Chandon (como requiere el momento) brindamos por todos y os deseamos un año."SUPERCALIFRAGILISTICOESPIALIDOSO"
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