Ruge la Tierra, fue el poema que hace algún tiempo publiqué, y si os fijáis, parecía una premolición de lo que en estos días ha pasado en Japón.
¡Es terrible! pero la verdad es que pienso que tenemos a la tierra un poco cansada, y es su forma de defenderse. Hoy les ha tocado a ellos ¡pero mañana! ¿A quien?
Cada mañana pido para que no haya más víctimas y también por los familiares.
Y como recordatorio os escribiré los diez últimos versos del poema:
Y me cubriré de agua,
anegaré miles campos
inundaré las ciudades,
y rasgando mis entrañas,
me iré rompiendo a trozos
hasta sepultarte.
Y así moriremos juntos,
yo era verde, dulce suave,
tu eras un ambicioso
que no supiste cuidarme.
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