lunes, 30 de noviembre de 2009
"Cuento de Navidad" (Este es el titulo del relato que tenemos que presentar para el Aula de Literatura) me suelen parecer algo largos para publicarlos
Pero dada la fecha ¡Ahí va! "Cuento de Navidad"
La plaza estaba iluminada, en un rincón una castañera acurrucada se calentaba en el brasero que asaba las castañas. La noche era fría y un chiquillo ayudaba en la venta a un hombre mayor, tenían montado un puesto de abetos: los había de todos los tamaños, la gente paseaba entre ellos eligiendo y preguntando precios.Había un gran bullicio, algunos llevaban caretas, otros tocaban panderetas y zambombas; la alegría reinaba en el ambiente, unos villancicos se oían por toda la plaza, la gente los canturreaba.
También había muchos puestos de figuritas chucherías y artículos de broma, un niño lloraba porque su madre no quería comprarle un Nacimiento que había visto en un pequeño puesto, ella intentaba explicarle, que este año no podían poner Belén, pues las monedas que la gente le iba dando eran para comprar pan y leche, para pasar la noche. El padre estaba enfermo y no podía traer dinero a casa.
Delante de ellos paseaba un señor, llevaba un buen abrigo con cuello de piel y compraba por los puestos, al pagar una de sus compras un billete le cayó del bolsillo, el niño lo recogió y se lo dio a su madre; esta miró el billete lo presionó sobre su pecho y soñó, en un minuto miles de ideas le pasaron por la cabeza. Podría comprar una buena cena y pasar el mes holgadamente, pero algo le hizo reaccionar y salir del ensueño "su conciencia no le permitía hacerlo" y con lágrimas que mas que del corazón provenían del alma, tocó el hombro del señor y le dijo:
-Perdone, este billete se le acaba de caer del bolsillo.
El hombre la miró con admiración y con una sonrisa en los labios, le agradeció el detalle y se despidió.
Al cabo de una hora madre e hijo volvieron a casa, llevaban algunas monedas que habían conseguido.
Al entrar la casa se había vestido de Navidad, un formidable abeto lucía en el centro del salón y debajo el bonito Belén que el niño vió en el puesto de la plaza; en la chimenea unos troncos ardían calentando y dando luz a toda la estancia, la mesa estaba puesta con esplendidos manjares y los regalos se veían repartidos por la sala. El marido tenía una notable mejoría y aún con ojos de asombro y la voz entrecortada, dijo a su mujer:
-Hace un momento un señor bien trajeado y de aspecto elegante,entró y trajo todo lo que estás viendo, se acercó a mí y sin mediar palabra me extendió su mano, y al instante me sentí recuperado, cuando me volví para preguntarle y agradecer todo lo que estaba haciendo por nosotros ¡había desaparecido!, miré por todas partes pero no hubo forma de encontrarlo.
El matrimonio se fundó en un gran abrazo, mientras el niño le cantaba villancicos a su pequeño Nacimiento.
"Una vez mas se cumplió el milagro de la Navidad"
Mª Ofelia
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