¿Estáis preparados? Pues os sugiero que os abriguéis bien...Hace un frío que pela, gracias que vinimos con buenas chamarras.
Entre los principales eventos se encuentran, la Semana Santa y la Semana de la Música Religiosa.
El frío seguía apretando y decidimos acercarnos a un restaurante que nos habían recomendado en la Plaza del Ayuntamiento. Pero la lluvia empezó a caer y cambiamos los planes. Entramos en el museo de Arte abstracto español, y aplazamos la comida.
En el interior se pueden ver las colecciones de artistas españoles de la generación abstracta de los 50 y los 60.
Fernando Zóbel en 1963, de la mano de su gran amigo Gustavo Torner y con Gerardo Rueda fundan el museo de Arte abstracto español. Entre otros pintores, también están Manuel Millares, Manuel Rivera, Antonio Tápies y muchos otros.
Después de pasar un día mágico, pero extenuante, nos dirigimos al hotel a descansar, pues al día siguiente nos esperaba La Ciudad Encantada.
Sin embargo aún reservamos unas horas para pasear y cenar en la Ciudad Nueva, que me encantó; con sus amplias y modernas calles, con magníficos negocios y un ambientazo por la zona de picoteo.
La mañana para no perder la costumbre amaneció fría, pero afortunadamente sin lluvia; eso si, hacía un aire que te calaba los huesos. Claro que con todas las escaleras que volvimos a subir y a bajar, al final casi estoy por deciros que pasé calor "Bueno, solo un poquito"
Cogimos carretera y manta, abandonamos la general y fuimos a parar a un bar que encontramos en el camino, donde repusimos fuerzas y a la salida visitamos una exposición en pleno campo con unas figuras muy graciosas, donde mi hija y yo aprovechamos para hacernos una foto muy divertida.
Y así concluyó nuestra pequeña aventura.
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