sábado, 14 de junio de 2014
MICRORRELATO
Ernestina no podía dormir, el estómago se le había llenado de gases. Su madre le dio una pastilla y al echarla en un vaso que contenía agua, se levantó una enorme ola. La espuma se vertía por los lados y unos pequeños animales empezaron a surgir de entre las aguas. La niña miró sorprendida. Los ojos se le agrandaron. Se tocó la frente. -¡No tenía fiebre! - A continuación, se pellizco un brazo y el dolor le hizo comprobar que estaba despierta. Entonces encontró la solución para desprenderse de la enorme ola que rugía dentro de su vaso. Se acercó al mar que distaba a dos pasos de su casa. Vertió el liquido en sus aguas, y vio con asombro como el mar se cubría de pequeños globos trasparentes, que fueron agrandándose hasta tomar un gran tamaño. Ernestina se olvidó de su estómago. Se introdujo en uno de los globos y se fue a surcar los mares.
Mª Ofelia
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