Gorjeos
Un trino surca el aire azul de la mañana. ¡Lo ha visto!...Se desliza sordamente arrastrando su moteado y estrecho cuerpo entre los guijarros. Se ondula, el agua cubre su resbaladiza piel. Observa su presa, aligera sus movimientos.
¡Ahí está!...Lo tiene...Abre sus enormes fauces y perfila el último recodo.
De pronto un dolor la atraviesa, unos potentes colmillos irrumpen en su carne, la serpiente se enrosca, lucha, se retuerce. La batalla está perdida.
Arriba se escuchan unos gorjeos. Mientras la enorme nutria la arrastra al fondo del río, donde la espera la muerte.
Mª Ofelia
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