Este año "La Filarmónica de Viena" transmitirá al mundo un homenaje a Richard Warner y a Giuseppe Verdi, festejando el bicentenario del nacimiento de ambos, desde la Sala Dorada del Musikverein de Viena en el célebre Concierto de Año Nuevo. Bajo la batuta del maestro austríaco Franz Welser- Möst.
Una vez más, me siento frente al televisor con ese pequeño temblor nervioso, que invade mi cuerpo ante tanta belleza mientras empiezan los músicos. Y entonces sueño despierta, en que algún día pueda formar parte de las personas que desde la Sala Dorada, se dejan envolver por la música que adoro, de valses, polkas, cuadrillas y galopes, de la dinastía de Los Strauss, que son los que dominan el tradicional concierto.
Empezó con una polka de Josef Strauss, dedicada a su mujer Angelika.
Cuadrilla teatro y el vals "Desde las montañas" de Johan Strauss hijo. Tras una pausa introdujeron el homenaje a Warner en las "Armonías de las Esferas"y los filarmonicos de Verdi con el prestissimo del ballet de su opera "Don Carlo"
los bailarines de la Ópera de Viena irrumpieron con coreografías del britanico Ashley Page en el suntuoso palacio Hof, situado junto a la frontera con Eslovaquia. ¡¡Maravilloso!!
Durante la fantasía de Johan Straus, Welser- Möst se dedicó en obsequiar a los músicos con animalitos de peluche, cascos vikingos y otras menudencias.
Al final le entregaron a él un gorro de cocinero y un cucharon de palo que le ofreció un violinista. Y de esa guisa siguió dirigiendo la orquesta.
El vals "Del Danuvio Azul", una polka de Josef Strauss y la famosa y esperada marcha de "Radotzky, en la que todos (me incluyo) empiezan a aplaudir dirigidos por Welser finalizaron el Concierto.
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