miércoles, 26 de noviembre de 2008

Celebración del día Internacional contra la violencia en mujeres


En el Centro Social Jelena, tenía que haber estado yo y por lo tanto formar parte del grupo que sale en la foto. Pero mi garganta no me lo permitió. Mañana tampoco podré asistir al acto donde tenemos que leer cada una el poema o escrito que teniamos preparado para dicho evento.
Así que lo plasmaré en el blog, y será como haberlo leido en la CAM (bueno digamos que un poco parecido). Se titula.... "El Angel de la Guarda"
Dígame en qué puedo ayudarla
Un terrible suspiro surgió del otro lado del telefono.Un sonido roto. Se intuía un temblor que helaba el alma.
Señora, por favor, digame algo, cuenteme lo que le pasa, piense que estoy con usted, que quiero ayudarla.
Esta vez el suspiro fué más entrecortado; llevaba con él palabras, palabras ahogadas por el llanto. Seguido de un inquietante silencio.
¡Había colgado!
Al día siguiente se produjo la misma llamada; esta vez, mientras gemía balbuceaba palabras, palabras entrecortadas, Y solo decía:
¡Ayúdeme,que me mata!
Dígame dónde está, no se asuste, yo iré a buscarla; yo quiero ayudarla, nadie podrá hacerle nada, sea valiente, digame donde puedo encontrarla.
Ya es tarde ¡ gritaba!, le veo de lejos, me ha visto ...¡Me mata !
Y entre sollozos me daba las gracias.
¿Que está pasando? se oyen gritos, murmullo de gente ¡ y una ambulancia! Dios mío , ¿que pasa
Dejo el teléfono y salgo corriendo, me voy a buscarla.
Allí estaba tumbada. Era ella, lo supe al mirarla. De su delgado cuerpo la sangre brotaba. Nos miramos las dos sin mediar palabra. Me acerqué a ella, le tomé la mano y besé su cara. Ella dolorida y ensangrentada, intentaba sonreírme mientras expiraba....Y así estuve un rato, sin dejar de acariciarla.
La enfermera vino y me dijo:
Lo siento señora, ya no se puede hacer nada.
Salí de allí . Ya era tarde. En la calle ya apuntaba el alba, y las luces tenues acrecentaban la pena que llevaba en mi alma.
Subí a la oficina. Reinaba el silencio, no había ni un alma. Solo se oía mi llanto por todas las salas. De pronto sentí un roce, como si me besaran. ¡que tontería: estaba yo sola pero, una extraña fuerza me hizo dirigirme hacia la ventana. La abrí, y allá a lo lejos, entre las estrellas, un Angel me miraba. Me froté los ojos y pensé "Pero si yo no creo en esas patrañas" y volví de nuevo a asomarme a la ventana, y allí seguía el Angel, que me sonreía, como si me hablara. Me fuí para dentro asombrada, y en ese momento sentí un susurro que me consolaba. Percibí una voz tenue que al oido me decía: "Tu fuiste mi apoyo, mi alegría, mi única esperanza. Ahora deja que yo sea " Tú Angel de la Guarda ".
Mª Ofelia

1 comentario:

Emilia dijo...

Muy bonito.Creo que eres hipersensible.Un abrazo