Buenas noches. Vamos a escoger un bonito sueño o un entrañable recuerdo, y mientras la luna atraviesa el cristal de nuestra ventana, dejemos que su luz nos acaricie y nos cubra con su misteriosa sábana blanca.
Un camino de plata se dibuja en el cielo. Tambores retumban con fuerza y abren las puertas a una frenética lluvia que cae sin pausa, mientras unas lágrimas de cristal resbalan por mi ventana. La lluvia no cesa. El cielo se irrita, y con si látigo de plata vuelve a cubrir la tierra.
La vi surcar el puente arropada por la niebla. Emergía de entre las nubes mientras se aproximaba al viejo caserón, que como un espejismo ondeaba atrapado entre las sombras.
Cubierta por un manto de confusión volvía a su hogar después de haber viajado durante siglos.